El taekwondo mexicano vuelve a fracasar y con la misma piedra.

Por tercer ciclo olímpico, vuelven a dejar sin oportunidad al subcampeón mundial César Rodríguez.

El taekwondo vuelve a FRACASAR y con la misma piedra. Malas decisiones técnicas, marginación, discriminación y exceso de soberbia para darle la cara a los atletas. Por tercer ciclo olímpico consecutivo dejan sin posibilidad de pelear la plaza olímpica y sueño olímpico a César Rodríguez, subcampeón mundial en -54 kilogramos y último mexicano en conseguir plaza olímpica en -58 kilogramos.

Rumbo a París 2024, no le dieron a conocer criterios técnicos desde Juegos Panamericanos, lo dejaron fuera por .17 de diferencia del ranking mundial con quien buscó la plaza, y después le quitaron toda clase de apoyos. A cambio, se eligió a atletas que fueron llevados por su psicóloga a la Villa para “jurar” por sus problemas.

César Rodríguez ganó la plaza olímpica para Río 2016 y llevaron a otro que tenía problemas de peso; peleó el ciclo olímpico a Tokio 2020, pero llevaron al clasificatorio a otro atleta que no ganó la plaza; y ahora, la misma historia, sin criterios, vuelven a mandar al que perdió la plaza para Tokio 2020 y se pierde por segunda vez la plaza ahora para París 2024.

Pero más allá del resultado y fuera del tatami, a César Rodríguez nunca pudieron darle la cara el Presidente de la Federación y entrenadores; le respondían por whatsapp que no iba él a las competencias y al presidente lo estuvo esperando horas y horas en una ceremonia de premiación, donde nunca le dio el tiempo para hablar y prefería “celebrar” con sus asociaciones, esa noche le entregaron un reconocimiento que tenía mal su nombre, ya no se sabe si a propósito o porque desconocen cómo se llama y logros.

Otra vez México perdió en taekwondo en los 58 kilogramos, y César Rodríguez ha perdido 12 años buscando solo la oportunidad de pelear y buscar su sueño de ir a unos Juegos Olímpicos, sus medallas mundiales e internacionales hablan de su gran trayectoria y talento en los 54 y 58 kilogramos, el subir y bajar de peso cuando se le ha solicitado, sin importar el daño a su cuerpo, pero nunca lo han dejado estar en una justa olímpica a pesar de ser el último en ganar plaza olímpica en 2016.

La categoría de 58 kilogramos era histórica para México con medallistas olímpicos como Óscar Salazar. Para Londres 2012, dejaron fuera a Damián Villa, a pesar de estar entre los mejores del mundo, mandaron a un desconocido y así pasó a la historia como un gran desconocido.

Y ahora, se pierde por segundo ciclo la plaza olímpica, donde la carta “fuerte” de México, cayó ante un juvenil de Colombia. Lástima por la inversión a este atleta, y una lástima por la falta de oportunidad para César Rodríguez.

Ya veremos la historia de los dos únicos sobrevivientes del taekwondo en París 2024, en un barco que hoy se está hundiendo a pesar de contar con todos los recursos; a diferencia de los acuáticos, que han salido adelante sin apoyos.

Del daño psicológico al atleta, su salud mental, etc., mejor ni hablamos. El daño a César Rodríguez va más allá de lo deportivo, y es para toda la vida.

Esta postura es personal, con dos décadas de representar atletas, así como festejamos sus triunfos, también nos duele verlos destrozados por este tipo de acciones, pero sabemos que su fortaleza va más allá de estos sinsabores. Asimismo, deslindo a César Rodríguez de esta opinión personal, ya que siempre ha sido un atleta disciplinado, y que nunca se ha quejado de las injusticias que vive dentro de su deporte.

De igual forma, no es nada en contra de los atletas seleccionados, al final les han dado a ellos la oportunidad y los resultados son conocidos por todos.